jueves, 15 de abril de 2010

¿COMUNICADOR O COMUNICÓLOGO?


Comunicador y comunicólogo, una gran diferencia

Los médicos, los ingenieros, los diseñadores, los administradores, los psicólogos… Todos éstos, son calificativos para clasificar a los estudiantes de las diversas áreas en la institución educativa donde imparto clases desde hace poco más de una década –aunque me dí un año sábatico forzado, en el que centré mi atención en otra de mis áreas de desarrollo profesional: el periodismo-

Soy egresado de la carrera de Licenciado en Ciencias de la Comunicación en el año de 1995. Por consiguiente, mi labor como docente se dirige más hacia los estudiantes de esta área… aunque toman mis clases también alumnos de otras carreras, que llevan mis materias como optativas, pero son los “comunicadores”… los “comunicólogos”… quienes me preocupan.

Partiendo desde el término de cómo se autonombran ellos mismos o la manera en que incluso catedráticos, los llaman: COMUNICÓLOGOS.

Como explica Roberto Follari en el artículo de "Comunicología Latinoamericana", debe hacerse una distinción entre el comunicador y el comunicólogo.

Wikipedia, el sitio de consulta de internet más popular, dice algo muy importante con respecto al tema e imitando de algunos alumnos esta asombrosa habilidad para "investigar", al más puro estilo "copy-paste", transcribo lo siguiente:

“El comunicólogo es el estudioso de la Comunicación, normalmente vinculado a tareas académicas y de investigación.

El comunicador es el profesional de la Comunicación. Generalmente, es aquel que ha estudiado las áreas de Periodismo, Comunicación audiovisual, Publicidad, Relaciones Públicas, Medios de Comunicación...

Algunas de las sub disciplinas de la comunicación tienen un nombre más específico de la profesión, como el periodista, el publicista, el publirrelacionista... que constituyen especializaciones del comunicador. Si bien, en la práctica, la tendencia es a demandar un profesional multifácetico que sea capaz de maquetar con Quark X Press, de editar un video con Avid o de retocar una foto con Adobe Photoshop, así como redactar una nota de prensa, elaborar un reportaje político o pensar el slogan de un anuncio publicitario.

Al contrario, se pretende que el comunicólogo sea el científico de la comunicación social, que su labor vaya más allá de la operativa de redactar un texto o dirigir un documental, para constituirse en un investigador del discurso y de los procesos comunicacionales.

El comunicólogo, como el psicólogo o el antropólogo, no puede circunscribir su quehacer al ámbito académico o a centros de investigación. De ser así, la discusión sobre la necesidad de existencia o no de una disciplina llamada comunicología sería una discusión que sólo interesaría, y bastante poco como está demostrado, al ámbito académico.

El interés de distinguir y constituir una profesión llamada comunicólogo está precisamente en las mejores posibilidades de intervención en el dominio de la comunicación, como alguien que mira de manera integral y orienta los procesos comunicativos y no como una aplicador múltiple de técnicas.

El comunicólogo es quien trabaja para asentar la doctrina de la comunicación. La doctrina es el conjunto de principios o posiciones respecto a una materia o cuestión determinadas. En el ámbito del derecho, el estudioso del mismo se denomina justista y la doctrina que elaboran, si bien no es fuente directa del Derecho, sí constituye un valioso elemento para la elaboración de las leyes y la justicia.

En el ámbito de la comunicación, la comunicología ha asentado ya muchas teorías y principios que configuran su doctrina. Así, la teoría de la bala mágica, de la aguja hipodérmica o el principio de que el medio es el mensaje son formulaciones que constituyen principios de la disciplina.

El comunicólogo viene calificado por ejercer la profesión desde una posición más teórica, reflexiva y analítica, vinculada a las áreas de docencia, investigación, observatorios de medios....

El comunicólogo todavía no aparece reconocido por muchas instituciones, por desconocimiento de su capacidad operativa. Así, muchos estudios relacionados con los medios de comunicación son encargados a sociólogos, dándose una situación de discriminación hacia el comunicólogo, cuyas herramientas metodológicas si bien provienen de la sociología, se han ido especializando cada vez más. Es el caso del llamado análisis de contenido, metodología que trata de ofrecer un examen a fondo de una producción cultural.

El término comunicólogo tiene gran profusión en América Latina, habiéndose introducido más lentamente en el castellano de España. Es en México donde el término tiene una aceptación y aprobación más grande. Las empresas que demandan al comunicólogo, presuponen a una persona que sepa comunicar en todos los aspectos, ya sea a través de prensa escrita o audiovisual, así como adaptarse a los diferentes lenguajes: periodístico, de la publicidad, multimedia...”

Así que para la próxima ocasión, antes de dirigirse a los estudiantes de la carrera de Ciencias de la Comunicación como “comunicólogos”, bien valdría la pena recordar todo lo anterior y también como profesionales en esta área o inmersos en el ámbito de la docencia, diferenciar estos aspectos tan importantes y hacer caer en cuenta a nuestros alumnos, que el desarrollo en el campo de la Comunicación, es bastante amplio y está en continuo crecimiento.