Reflexionan sobre la relación Cultura-Paz
Liliana López Borbón comparte experiencias
de proyectos culturales de gran impacto social
Por Jorge Eduardo
Sánchez Martínez
Argentina, Brasil, Colombia y México fueron el referente para que la Maestra Liliana López Borbón, especialista en Políticas Culturales Urbanas, fundamentara los contenidos del Módulo “Cultura y Construcción de Paz”, que impartió a los asistentes al Seminario de Gestión Cultural para la Paz: Cultura Ciudadana y Convivencia Comunitaria, del IRCA, en su segunda fase de capacitación.
Colombiana naturalizada mexicana, López Borbón inició su participación en este seminario, aludiendo a una frase de Eduardo Galeano, que dice “No somos lo que somos, sino lo que hacemos para cambiar lo que somos”, marcando así la pauta de la aceptación de cualquier individuo en todo proceso cultural, sin importar su condición como ser humano, teniendo más valía lo que hace, que aquello que es.
La gestora cultural, académica e investigadora en los sectores público, social y privado en las áreas de la cultura y la comunicación, enfatizó que “en la construcción de diálogos, debemos estar dispuestos a equivocarnos y a aceptar los errores… la comunicación tiene que ser horizontal”.
Partiendo de la premisa conceptual de la UNESCO, que define la cultura como el “conjunto de los rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos, que caracterizan a una sociedad o a un grupo social y que abarca, además de las artes y las letras, los modos de vida, las maneras de vivir juntos, los sistemas de valores, tradiciones y creencias”, compartió a los asistentes al seminario, algunas experiencias en donde ella ha participado como asesora de gobiernos urbanos en políticas culturales y jóvenes marginales.
El recorrido inició con Bogotá, considerado el primer laboratorio cultural de América Latina, en donde tras un estudio de la violenta realidad, se desarrolla una política de cultura ciudadana, en donde se estableció una vinculación diagnóstica y ejecutiva entre Universidad y Gobierno, Organismos No Gubernamentales (ONG) y Gobierno, así como Sector Privado y Gobierno, en la construcción de un sistema de formación urbana, que permitiera una toma de decisiones en todos los órdenes.
Otra de las experiencias que comentó la facilitadora del segundo módulo, fue la de los “Piqueteros” de Argentina, un movimiento social que surge en Buenos Aires en los 90´s, como protesta contra los despidos de Yacimientos Petrolíferos Fiscales. Se llama “piquete” a los cortes de ruta en las calles, que desabastece las ciudades y propicia pérdidas millonarias de las empresas privadas.
Ésto, logró poner a la cultura como medio de denuncia social y como terreno de disputa por el poder simbólico, así como la toma de espacios para el desarrollo de plataformas culturales autónomas en la periferia de Buenos Aires, concibiéndose entre otros grupos, “Las madres de mayo”, una de las cooperativas más fuertes del continente, logrando una economía solidaria para vivienda, educación, cultura y desarrollo.
De Brasil, fueron impactantes las experiencias de las favelas en Sao Paulo y Río de Janeiro, que fueron el precedente de la estrategia de gobierno del presidente Lula da Silva y su política cultural, definida como acupuntura social, que logró “conceptos generadores, metodologías y funcionamiento, en donde se propició el ejercicio de la propia identidad y el respeto a la diversidad”- apuntó López Borbón.
Medellín y la realidad en las comunas, a través de una cultura ciudadana como alternativa, hizo que se crearan los Parques Biblioteca, que modificaron el entorno violento en las comunas, a través de esa producción de espacios públicos para la convivencia.
En México, el concepto de FARO (Fábrica de Arte y Oficios) se crea por iniciativa del poeta Alejandro Aura y Eduardo Vázquez, director del Museo de Historia Natural. Liliana López Borbón es la directora de este proyecto en donde se promueve no sólo el arte y la cultura como parte del proceso social, sino talleres con los que las personas tienen un ingreso económico que les permite mejorar su calidad de vida.
Estos aportes, sirvieron de base para un ejercicio en el que los promotores culturales, realizaron propuestas sobre procesos que se generen a partir de una realidad y cubran las necesidades de un sector de la población, siempre en la búsqueda de un trabajo en común, ya que “en cultura, todo suma, nada resta”.
Liliana López Borbón comparte experiencias
de proyectos culturales de gran impacto social
Por Jorge Eduardo
Sánchez Martínez
Argentina, Brasil, Colombia y México fueron el referente para que la Maestra Liliana López Borbón, especialista en Políticas Culturales Urbanas, fundamentara los contenidos del Módulo “Cultura y Construcción de Paz”, que impartió a los asistentes al Seminario de Gestión Cultural para la Paz: Cultura Ciudadana y Convivencia Comunitaria, del IRCA, en su segunda fase de capacitación.
Colombiana naturalizada mexicana, López Borbón inició su participación en este seminario, aludiendo a una frase de Eduardo Galeano, que dice “No somos lo que somos, sino lo que hacemos para cambiar lo que somos”, marcando así la pauta de la aceptación de cualquier individuo en todo proceso cultural, sin importar su condición como ser humano, teniendo más valía lo que hace, que aquello que es.
La gestora cultural, académica e investigadora en los sectores público, social y privado en las áreas de la cultura y la comunicación, enfatizó que “en la construcción de diálogos, debemos estar dispuestos a equivocarnos y a aceptar los errores… la comunicación tiene que ser horizontal”.
Partiendo de la premisa conceptual de la UNESCO, que define la cultura como el “conjunto de los rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos, que caracterizan a una sociedad o a un grupo social y que abarca, además de las artes y las letras, los modos de vida, las maneras de vivir juntos, los sistemas de valores, tradiciones y creencias”, compartió a los asistentes al seminario, algunas experiencias en donde ella ha participado como asesora de gobiernos urbanos en políticas culturales y jóvenes marginales.
El recorrido inició con Bogotá, considerado el primer laboratorio cultural de América Latina, en donde tras un estudio de la violenta realidad, se desarrolla una política de cultura ciudadana, en donde se estableció una vinculación diagnóstica y ejecutiva entre Universidad y Gobierno, Organismos No Gubernamentales (ONG) y Gobierno, así como Sector Privado y Gobierno, en la construcción de un sistema de formación urbana, que permitiera una toma de decisiones en todos los órdenes.
Ciudad que se usa, ciudad que se disfruta, ciudad que se lee, se escucha y se ve, fueron parte de esta composición de imaginarios urbanos, que lograron hacer de Bogotá, una ciudad para el disfrute colectivo y el uso adecuado del tiempo libre.
Otra de las experiencias que comentó la facilitadora del segundo módulo, fue la de los “Piqueteros” de Argentina, un movimiento social que surge en Buenos Aires en los 90´s, como protesta contra los despidos de Yacimientos Petrolíferos Fiscales. Se llama “piquete” a los cortes de ruta en las calles, que desabastece las ciudades y propicia pérdidas millonarias de las empresas privadas.
Ésto, logró poner a la cultura como medio de denuncia social y como terreno de disputa por el poder simbólico, así como la toma de espacios para el desarrollo de plataformas culturales autónomas en la periferia de Buenos Aires, concibiéndose entre otros grupos, “Las madres de mayo”, una de las cooperativas más fuertes del continente, logrando una economía solidaria para vivienda, educación, cultura y desarrollo.
De Brasil, fueron impactantes las experiencias de las favelas en Sao Paulo y Río de Janeiro, que fueron el precedente de la estrategia de gobierno del presidente Lula da Silva y su política cultural, definida como acupuntura social, que logró “conceptos generadores, metodologías y funcionamiento, en donde se propició el ejercicio de la propia identidad y el respeto a la diversidad”- apuntó López Borbón.
Medellín y la realidad en las comunas, a través de una cultura ciudadana como alternativa, hizo que se crearan los Parques Biblioteca, que modificaron el entorno violento en las comunas, a través de esa producción de espacios públicos para la convivencia.
En México, el concepto de FARO (Fábrica de Arte y Oficios) se crea por iniciativa del poeta Alejandro Aura y Eduardo Vázquez, director del Museo de Historia Natural. Liliana López Borbón es la directora de este proyecto en donde se promueve no sólo el arte y la cultura como parte del proceso social, sino talleres con los que las personas tienen un ingreso económico que les permite mejorar su calidad de vida.
Estos aportes, sirvieron de base para un ejercicio en el que los promotores culturales, realizaron propuestas sobre procesos que se generen a partir de una realidad y cubran las necesidades de un sector de la población, siempre en la búsqueda de un trabajo en común, ya que “en cultura, todo suma, nada resta”.
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